- Las navidades son la época del año en la que más alimentos se desperdician, se calcula que un 20% de lo que compramos acaba en la basura.
- Se trata de un grave problema ético, socioeconómico y medioambiental que repercute, además, negativamente en nuestra salud.
Nuevas regulaciones en nuestro país, un Real Decreto sobre los Requisitos de la Producción y Comercialización de los productos alimenticios en establecimientos de Comercio al por Menor, algunos relacionados con la lucha contra el despilfarro de alimentos, así como la nueva Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio alimentario, pretenden atajarlo, pero solo la concienciación de todos y cada uno de nosotros a la hora de gestionar los alimentos, podrá conseguir este objetivo tan necesario
Barcelona, 19 de diciembre de 2022 Además de la evidente injusticia que supone tirar alimentos mientras más de 800 millones de personas pasan hambre en todo el mundo, en la producción de alimentos se invierten recursos económicos y naturales que se malgastan y se generan residuos contaminantes, convirtiéndose los propios alimentos despilfarrados en residuos generando un problema adicional. El despilfarro de alimentos es un problema global con graves implicaciones éticas e importantes repercusiones en el ámbito socioeconómico y medioambiental incompatibles con un modo de vida mínimamente sostenible.
Por si todo esto fuera poco, el impacto del desperdicio de alimentos en nuestra salud es triple: por un lado, siguiendo las premisas del “One Health” (“Una sola Salud”) el daño al planeta que se produce mal utilizando sus recursos y generando contaminantes, repercute negativamente en la salud humana y por otro, tiene un impacto directo en la dieta de las personas, contribuyendo tanto a la desnutrición, por la inseguridad alimentaria que genera, como a la malnutrición por la propia naturaleza de los alimentos despilfarrados, principalmente verduras y frutas, que provoca que la misma dieta se vea afectada.
Nuevo marco legislativo
Recientes regulaciones intentan poner freno al problema del desperdicio a través de determinados requisitos de la producción y comercialización de los productos alimenticios en establecimientos de comercio al por menor, entre ellos algunos relacionados con la lucha contra el despilfarro de alimentos.
Una nueva Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio alimentario tiene como objeto involucrar a todos los agentes de la cadena alimentaria estableciendo una jerarquía de prioridades con la finalidad general de lograr una producción y consumo más sostenible y de sensibilizar, formar y movilizar a todos los agentes de la cadena en una gestión adecuada de los alimentos, sin perjuicio de las necesarias garantías de inocuidad de los alimentos. Estas son algunas de las novedades:
- En el caso de los establecimientos de comercio al por menor, disponer de líneas de venta con productos «feos», «imperfectos» o «poco estéticos e incorporar y mejorar la información sobre el aprovechamiento de los alimentos.
- Incentivar en estos centros la venta de productos con la fecha de consumo preferente o de caducidad próxima mediante promociones.
- En bares y restaurantes ofrecer a los clientes, sin coste adicional alguno, la posibilidad de llevarse los alimentos que no hayan consumido en el local.
- Estos establecimientos promoverán también la flexibilización de los menús, para que el consumidor pueda elegir la guarnición o raciones de distinto tamaño.
- Fomentar, en todos los eslabones de la cadena alimentaria, la donación de alimentos con fines sociales.
Consejos para evitar el despilfarro en Navidad
Todas estas medidas solo pueden ser efectivas si se acompañan de una conciencia individual como consumidores. En el hogar, donde se produce gran parte del despilfarro, los principales motivos para la generación de desperdicios alimentarios son los restos en el plato, la mala gestión del tiempo de almacenamiento en la nevera, los alimentos caducados y la incorrecta conservación de los productos. Desde el Instituto Silestone ofrecemos unos consejos para evitar este problema durante las fechas navideñas:
- Planificar cuidadosamente los menús comprobando los ingredientes ya disponibles y elaborando una lista de la compra según el número de comidas y de comensales. Comprar solo lo que realmente se necesite ajustándose a la lista sin caer en compras impulsivas eligiendo preferiblemente productos locales y de temporada.
- Almacenar los productos adecuadamente, según las necesidades de cada alimento, aprovechando para ordenar y revisar los alimentos, comprobando sus fechas de caducidad y de consumo preferente: atención porque se trata de limitaciones muy distintas, estos últimos pueden ser consumidos con la fecha ya vencida.
- Servir preparaciones pequeñas especialmente a los niños. Reutilizar las sobras, si se producen, para la siguiente comida o elaboración respetando siempre su higiene.
- La congelación es una excelente opción para alargar la vida de los alimentos, es muy importante etiquetarlos con su nombre y fecha.
- Recuperar el recetario tradicional y las recetas de aprovechamiento como herramienta de aprovechamiento.
Que estas navidades lo único que sobre sean las ganas de luchar contra el despilfarro de alimentos.