- El “batch cooking” o “cocina por lotes” consiste en dedicar un día a cocinar en cantidad suficiente para comer el resto de la semana. Su objetivo es ahorrar tiempo y esfuerzo facilitando la planificación de menús equilibrados.
- Aunque todo son ventajas, hay que tener en cuenta algunas recomendaciones a la hora de ponerlo en práctica para garantizar que las preparaciones sean seguras y saludables, evitando posibles toxiinfecciones alimentarias.
Si tienes poco tiempo para cocinar, pero no quieres renunciar a la comida casera, la respuesta está en el “batch cooking”. Aunque esta técnica se desarrolló en las cocinas industriales se ha popularizado mucho en los hogares porque permite reducir esfuerzos sin renunciar a una dieta saludable. En realidad, se ha hecho toda la vida, pero ahora se ha perfeccionado y mejorado ofreciendo una alternativa eficaz a la preparación diaria. Desde el Instituto Silestone te damos las claves para que lo realices de forma higiénica y segura.
Batch cooking seguro en 10 recomendaciones
- Compra: adquiere ingredientes bien frescos, preferiblemente de temporada, y que puedan conservarse bien, por ejemplo, frutas y verduras sin golpes o magulladuras.
- Limpieza e higiene: cuida la higiene tanto de tus manos como de todas las superficies de trabajo, utensilios y equipos antes de comenzar a cocinar. Utiliza tablas de cortar separadas para los diferentes tipos de alimentos (canes, pescados, verduras…) para evitar la contaminación cruzada.
- Preparación de ingredientes: dedica tiempo a lavar, cortar retirando las partes no comestibles o más sucias, y preparar los ingredientes según sea necesario.
- Almacenamiento: una vez que las comidas estén listas, déjalas enfriar, este proceso no debe superar nunca las 2 horas y se reducirá si divides los alimentos en porciones más pequeñas. No introduzcas alimentos calientes en la nevera.
- Recipientes: herméticos como tápers o tarros para almacenar las raciones. También bolsas o barquetas de congelación con cierre. Etiqueta cada uno con nombre y fecha de preparación. Refrigera o congela según sea el caso.
- Congelación: para almacenar las comidas durante períodos más largos, coloca las porciones en el congelador siguiendo las pautas adecuadas para congelación y descongelación de alimentos.
- Consumo: A medida que avanzan los días de la semana, retira las raciones necesarias del refrigerador o congelador y caliéntalas a fondo uniformemente. Evita recalentar los alimentos varias veces y no reutilices las sobras.
- Descongelación segura: descongelar los alimentos en el refrigerador durante la noche. Si necesitas descongelar rápidamente, puedes utilizar el microondas, pero ten en cuenta que el calentamiento será menos uniforme.
- Calentamiento adecuado: calentar los platos cocinados completamente hasta una temperatura interna de al menos 70°C en todo el alimento. Sopas, caldos y salsas que no se corten, llévalas hasta la ebullición.
- Tiempo de almacenamiento: variará según el alimento y las condiciones de conservación, aunque se recomienda consumir las comidas preparadas en un máximo de 3 días y congeladas dentro de los 3 meses.
Controla la temperatura
Generalmente, se recomienda consumir inmediatamente los platos recién preparados para minimizar riesgos, pero, en el caso del “batch cooking”, los tiempos de almacenamiento se alargan. Por ello, es imprescindible manejar correctamente la temperatura, evitando a toda costa mantener los alimentos en rangos templados para prevenir la proliferación de microorganismos:
- Mantener tanto los ingredientes como las elaboraciones refrigeradas entre 0-4ºC o congeladas al menos a 18ºC bajo cero.
- Cocinar a más de 65º-70º C y si la preparación no requiere tratamiento térmico, como en el caso de las ensaladas, es recomendable desinfectar las verduras y hortalizas previamente con lejía apta para alimentos y agua de bebida.