Los baños se han convertido en una señal de identidad de hoteles, restaurantes, espacios públicos en general y, especialmente en el hogar como un signo de transformación de hábitos y costumbres, y de nuevos modos de habitar el baño.
La evolución del diseño interior del baño ha sido sorprendente en todo el siglo XX y en el XXI y, sin embargo, todavía sigue manifestando unos códigos convencionales y funcionales muy determinados.
Las recientes transformaciones han sido inducidas por la irrupción tecnológica y las diferentes estéticas que se van imponiendo en cada tendencia. Estas corrientes influyen directamente en la innovación en materiales de las superficies, en inodoros, grifería, lavabos y duchas, sin olvidar los muebles accesorios, los espejos y los complementos textiles.
- Mística íntima
Más allá de los elementos utilitarios, tras la pandemia, el baño ha cobrado un mayor protagonismo. Se ha convertido en un espacio para aislarse, un lugar de intimidad y reflexión donde encontrarse a uno mismo.
En ocasiones el baño se funde con los dormitorios o se abre al exterior, a jardines y bosques. Reúne novedades constantes, todo tipo de posibilidades avanzadas para el cuidado y la relajación corporal, los nuevos baños incitan a cuidarse más, por salud y por un hedonismo contemporáneo recurrente, con una clara aproximación a una nueva espiritualidad, la del cuidado personal, físico y mental.
- Orden y luz
El orden contemporáneo exige maximizar el espacio con una buena organización de los elementos, todo en su sitio, y con apertura de ventanas al exterior para que entre la luz natural. Crear atmósferas lumínicas relajantes, generar nuevos afluentes de agua, donde prevalecen las superficies pétreas.
- Espacios oníricos
La pulsión surrealista parte de los diseñadores que crean mundos paralelos digitales. Aún no hay un metaverso concreto, ni nuestros avatares caminan entre pixeles, pero ciertos espacios han capturado el imaginario colectivo, la experiencia del espacio del baño se ha expandido. Se diseñan nuevas realidades aumentadas, donde la imaginación no tiene límites.
El Instituto Silestone presenta tres corrientes, de presente y de futuro, de los nuevos espacios del baño como un territorio en constante evolución y cambio, con el ser humano en el centro del diseño y de los nuevos valores creativos:
AGUA + LUZ + TIERRA
1. AGUA
Aunque el espacio sea mínimo, se impulsan corrientes continuas de agua con la perspectiva de tener un SPA propio. Burbujas, jabones, esencias y aceites acompañan a las sofisticadas bañeras o duchas. Nuevas alfombras, inclusión de obras de arte, presentes en los espacios, siempre singulares.
“La innovación nos ayuda a repensar el baño a evolucionar creando belleza” Andrea Lupi, director de arte de la marca Antonio Lupi.
Transparencia y color
Tradición y vanguardia
2. LUZ
La iluminación responde a una atmósfera íntima y personal. Una meditación trascendental frente a los espejos que rompen sus formas tradicionales con formatos y colores que les acercan al arte. Mirarse al espejo y reflexionar sobre el presente y el futuro, avanzar.
“Mirarse al espejo cada día en el baño y despertar en una nueva dimensión espacial”, explica la diseñadora Sabine Marcelis sobre su nueva colección de espejos.
Baños reflejados
Baños expandidos
3. TIERRA
Naturaleza expandida en los nuevos baños vegetales o rocosos. Sentir la naturaleza cerca, tocarla con los sentidos, piedra natural, cerámica o superficies vegetales. Una sensorialidad que cobra una importancia trascendental en nuestro entorno inmediato.
“El baño múltiple en plena naturaleza nos retrotrae a una conexión humana ancestral y natural”, comenta Álvaro catalán de Ocón sobre su baño BAÑO SECO, experimental en plena naturaleza.
Baños de exterior
Naturaleza envolvente
Colores inspirados en el Mediterráneo
Investigación y textos de Marisa Santamaría.