Respetar las habituales prácticas de buena manipulación de alimentos.
Echar mano de las tradicionales recetas de aprovechamiento para evitar a toda costa el despilfarro alimentario.
Al llegar a casa tras la compra
Depositar las bolsas en el suelo, lavarnos las manos y colocar los alimentos en su lugar de conservación, poniendo los más antiguos delante. Aprovechar para revisar las fechas de caducidad o consumo preferente.
Lavar las bolsas utilizadas en la lavadora en un programa de agua caliente.
Planificar la compra
Programar los menús con suficiente antelación, realizando a continuación una detallada lista de la compra.
Si no disponemos de una despensa crear un fondo con alimentos de larga duración como legumbres secas, pasta y arroz, pero también, botes de conservas o leche en polvo… pero sin caer nunca en el acaparamiento.
Al momento de ir a comprar
Acudir al centro evitando horas punta e intentando mantener una distancia de seguridad de al menos un metro con los demás clientes. Desde luego no acudir si tenemos algún síntoma que nos haga sospechar de que estamos contagiados.
Llevar nuestras propias bolsas de la compra evitando utilizar carritos y cestas del supermercado.
No tocar los alimentos sin guantes de usar y tirar. Utilizar preferiblemente bolsitas de tela propias.
En el supermercado
No hablar encima de los alimentos (¡y por supuesto toser o estornudar!), éstos no los reproducen, pero podrían convertirse en soporte material del virus.
Hacer la compra habitual incluyendo productos frescos. Los congelados tanto, industriales como realizados en casa en condiciones de higiene, son una excelente opción en estos casos.
Pagar con tarjeta mejor que en metálico para evitar tocar billetes y monedas.
Limpieza de la cocina y los utensilios
Limpiar la vajilla y el menaje de cocina, preferentemente en lavavajillas, a máxima temperatura..
Una vez finalizado el cocinado hacer una limpieza general de la cocina y el suelo y ventilar todo el ambiente.
Higienizar los trapos de cocina
Cambiar y lavar frecuentemente los trapos de cocina y el material textil en cada sesión de cocinado y a máxima temperatura.
Dejar los estropajos y bayetas en remojo con un 10% de lejía durante cinco minutos.
Cocinar los alimentos a temperatura elevada
Cocinar los alimentos a temperatura elevada por encima de 70º y mantenerlos protegidos para evitar recontaminaciones.
Si los alimentos no vamos a consumirlos de inmediato, refrigerarlos o mantenerlos calientes por encima de 65º. Consumirlos lo antes posible.